DIA 42 –  Dejando Hungría y entrando en Rumania.
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DIA 42 – Dejando Hungría y entrando en Rumania.

Publicado en: Bitácora, Hungría, Rumania, videos | 0

Hoy quiero dejar de lado los análisis históricos o filosóficos. Fue un día, desde el punto de vista técnico bastante complicado, llevándome por momentos a un estado de apatía total, que me sirvió para dejar de pensar y pedalear, aunque a paso de hombre.

La salida de Hungría fue complicada por encontrarme con una ruta que prohibía la circulación a ciclistas (si hubiera estado permitido hubiese sido mortal) y luego de analizar las hojas ruteras, no he encontrado alternativa alguna. Así que varios kms los he tenido que pedalear costeando la ruta, por albardones o usando senderos agrícolas.

Por suerte ya en la parte Rumana, la ruta dejaba espacio para circular por la banquina, Ell intenso trafico de camiones, que me pasaban a pocos cms de lado, no me dejaban relajar ni un instante. Los brazos se me entumecían por tener que fijar el manubrio con fuerza cada vez que un camión me adelantaba a raíz de la expansión de aire (o succión) producida por este.
Doy gracias a Dios que ayer me he comprado el espejo retrovisor el cual me hace sentir mucho mas seguro.

He visto en el pueblo de XXXXX las escenas mas bizarras que desearía compartirlas pero no me he animado aún a foto-documentarlas.. He visto palacetes de 3 pisos, con cúpulas de estilo medieval, unas canaletas elaboradas artísticamente, y unas suntuosas rejas con trabajos dorados increíbles. La mayor parte de estas mansiones sin revoque alguno, con unos portales de entrada cubiertos de alfombras tipo persas y hasta un candelabro / araña de techo como iluminación de jardín.
Unos automóviles todos de alta gama y en su mayor parte inmatricucados en Gran Bretaña.
Si, eran palacetes de Gitanos. Probablemente de aquellos que han podido hacer fortuna en los países de Europa del Norte. En su conocida exuberancia parecía que se dieran a la competencia de quien podía construir mas alto, mas ancho, mas brillante.
Apenas me arme de coraje, probare a documentarlo.

El camino me condujo, dejando la ruta principal, a un aparente sendero por una zona natural protegida, a lo largo del rio Mureš. Lo que mi navegador, y yo mucho menos no sabia, es que llamarlo sendero era mas que bien intencionado. Por momentos me despojaba de cualquier pensamiento y sentía de como me encomendaba a la providencia.
Los nervios? reconozco que los llevaba a flor de piel y en mas de una ocasión pense, que gran cosa seria viajar en compañía.

A continuación una corta ilustración del día de hoy.

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