DIA 157 – La soledad
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DIA 157 – La soledad

Publicado en: Aserbaiján, Bitácora, Fotos | 1

the communism heritage in Azerbaijan, like all over the world.
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Dear Azeri friends. what if you drive normal and spend few minutes more to reach your target?
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posing in Baku
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No lo puedo entender. Por que me ha dejado? Por que se fué de mi lado?

Eso me decía y preguntaba el hombre sin nombre, con el cual estaba compartiendo el dormitorio del Palace Hotel & Hostel en Baku. No había pasado ni media hora de habernos conocido en la sala de dicho alojamiento. Es un Hotel ya viejo, no obstante ello, es limpio, cómodo y sin pretensiones de ofrecer mas de lo que pide. Si bien parte de sus habitaciones están destinadas a ser dormitorios comunes tipo Hostel, no llega a emanar esa atmósfera tan particular que caracteriza a los hostales.
No hay jóvenes ni mochileros y el ambiente pareciera ser demasiado refinado para atraer a esta clientela.
Los huéspedes, en la mayor parte hombres y de media edad. Entre ellos también el hombre sin nombre. Proveniente de Aktau, una ciudad en Kasajistán, al otro lado del mar Caspio. Su fisionomía levemente asiática lo devela.
Tendrá unos 30 o 40 años, parece estar bien preparado, habla y entiende, aparte del Kasajo y Ruso, también bastante bien inglés. Sabe que Buenos Aires es la capital de Argentina y que Argentina es el octavo país mas grande del mundo. Por que Kasajistán lo sigue en nono puesto.

Cuando siendo las 2 de la tarde el Kasajo se despide por que tiene que ir a una cita con una mujer, entiendo que viene escapando o en la busca de algo. Baku es para ello una ciudad ideal, ya que ofrece lo que cualquier metrópolis cosmopolita y secular puede ofrecer. Desde una vasta oferta cultural, histórica y culinaria, Baku ofrece de todo. Sus altas temperaturas en los meses de verano se soportan a malas penas gracias a la sombra de edificios o arboledas y al fuerte y constante viento que sopla y se encanala por las avenidas o callejuelas de la ciudad.

Siendo ya las diez de la noche, me preparo para dejar el albergue y dirigirme a un Club de Jazz que está a la vuelta de la esquina. Es en este momento que me cruzo en el hall del hotel al hombre sin nombre. Le pregunto, (tal vez inconscientemente con algo de cinismo) de como le ha ido en su cita, y este me responde con una expresión desilusionada, que le ha ido mal. Con la franqueza que solo desconocidos a veces pueden tener ale comento, que su respuesta no me sorprende.
– Pero mi corazón está tan vacío, me dice, y no se como vivir tan solo y sin una mujer.

Pienso fracciones de segundos, busco una respuesta que sea consoladora por un lado, y que anime por el otro. Hablo del tiempo que se necesita para curar heridas y por el resto prefiero ofrecer mi oído a ser consejero.

Por suerte logro llegar a mi anhelada Jam Session en ese sótano ahumado, antes de que termine. Entre los aplausos del solo de guitarra y el de batería me encuentro escribiendo estas lineas.

Me pido una última cerveza y constato una vez mas, cuan magico sea viajar.

No importan las fronteras o países que vayas cruzando, en el caso de este viaje ya crucé diez. Por doquier, todas las personas llevan en si los mismos dolores, esperanzas y temores. Uno de los mayores es la soledad.

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Un comentario

  1. carloscirigliano
    | Reply

    Y sin dudas es el gran tema. Recién cuando uno aprende a vivir sólo parece que entonces puede vivir mejor con los demás….y los demás empiezan a ser cada ves más o pocos pero mejores.

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